Columnas

AMLO Intolerante a la Crítica, Tras la Verdad

AMLO Intolerante a la Crítica, Tras la Verdad, por Héctor Parra.

Gracias a la enorme crítica que practicó durante muchos años en contra de los gobiernos del PRI y del PAN, Andrés Manuel López Obrador, ganó popularidad, la que le permitió llegar a la Presidencia de la República. Férreo y lapidario; con o sin razón siempre criticaba, incluso ofendía a sus opositores, los agredía, los acusaba de ser corruptos; vamos su frase “la mafia del poder”, fue parte de su campaña de desprestigio que practicó por muchos años ¿Recuerdan, puercos, cochinos, marranos? Así fue el candidato que hoy es Presidente de la República, quien hoy se muestra intolerante ante la crítica. Contrastes de los políticos.

 

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Sin embargo, ahora que ejerce el poder como nadie en la época moderna, se volvió intolerante a la crítica, vamos no soporta ni que lo corrijan, desmiente y miente a placer con tal de tener la razón. A su misma gente la desmiente y la corrige. Todos están mal cuando la opinión que vierten no avala lo dicho por López Obrador. El Presidente convertido en dueño de la verdad absoluta y no es capaz de rectificar, se muestra aberrantemente intolerante. De todas las críticas culpa a sus –supuestos- detractores permanentes, los conservadores, quienes orquestan campañas en su contra. Sigue viendo “moros con tranchetes”. Andrés López no acepta errores, quien osa censurarlo es atacado con la fuerza mediática presidencial, abusando del poder público para acrecentar sus rencillas personales, combate “fantasmas” como parte de su permanente campaña mediática en contra de los neoliberales o conservadores para tenerlos a “raya”, pretendiendo evitar que se descubra la verdad: miente constantemente el Presidente ¡Su peor pesadilla! De ahí que tenga que defender no solo sus mentiras, también sus errores e incapacidades para gobernar.

Muchas de las críticas podrían pasar por alto. Sin embargo López hace notar las opiniones de otros cuando le son adversas y es ahí cuando se magnifica la intolerancia del Presidente de la República, de suyo sumamente irresponsable y peligroso, cada vez se acerca más al despotismo al pretender ejercer el poder absoluto, luego puede alcanzar con facilidad la represión popular cancelando libertades individuales; López dice respetar las voces disidentes, mas en la práctica es todo lo contrario; “las respeta, pero las combate”; cada vez se acerca más a un gobierno fascista, al pretender unidad monolítica en pro de todo su gobierno –de él mismo-, luego entonces de las ideas que se le ocurran, no comulga con la discrepancia política, su obsesión es lograr el centralismo a su persona y su proyecto político; por ello es feliz en los mítines a los que convoca su partido, ahí encuentra confort en la unidad al escuchar aplausos y gritos, espacios en los que se siente realizado, no hay crítica alguna, no hay disidencia, el centralismo absoluto: el absolutista encuentra su confort. Solo escucha aplausos.

Este día López Obrador arremetió en contra de los críticos que se desenvuelven en ámbitos fuera de la política; también para ellos tiene, todo a razón de no aplaudir o quedarse callados. Dados los destinos del Presidente, en “las benditas redes sociales” ha encontrado críticas a las torpezas del primer mandatario. Por cierto, López no puede abstenerse de criticar, literalmente combatir voces discrepantes, si bien no disidentes, respecto de acciones negativas del propio Andrés Manuel y su gobierno; el mandatario vomita su esquizofrénica –enfermiza- intolerancia, usa y abusa en sus conferencias de prensa para evidenciar a los críticos, tengan o no tengan razón. Si bien en esta ocasión López se abstuvo de mencionar los nombres de quienes reprochan las vanidades presidenciales -críticos, ajenos a la política-, se sabe que aludió a Thalía, “El Chicharito” y Eugenio. Cada uno en su momento ha vertido reproches, más que críticas, a las erráticas, enfermizas y equívocas acciones de Andrés Manuel López.

Javier Hernández –futbolista-, en entrevista con Jorge Ramos, comentó: “vamos para atrás con el gobierno de López Obrador”. Hasta ahí quedó el comentario. Luego vendría lo dicho por Thalía Sodi Miranda –cantante-, en un video, habiendo censurado al Presidente, cuando invitaba a salir a las calles y apoyar a restaurantes, en presencia de la pandemia del Covid-19. Por último, también incluyó a Eugenio Derbez –comediante-, por dar lectura a una carta que le enviara uno de sus amigos –médico- quien prácticamente pedía auxilio por la falta de insumos médicos en un hospital del IMSS; el comediante subió el video a las “benditas redes sociales”. El médico solo pide apoyo ante la falta de respaldo institucional. El Presidente tiene para todos, no deja ir una; el egocéntrico absolutista se traiciona, seguramente sería feliz censurando todas las voces distintas a la de él. Presidente intolerante a la crítica.

El otrora acérrimo crítico, hoy no tolera, no soporta las críticas ni a su persona ni a su gobierno, lo que él sí hizo durante muchos años, llegando incluso al insulto; todo se le toleró, no hubo autoridad que lo censurara; esa crítica lapidaria le valió el triunfo a la Presidencia de la República. Ahora que gobierno, la piel se le tornó muy sensible, sus oídos no están dispuestos a tolerar la crítica. Nuestro sistema constitucional y jurídico, garantiza la libertad a la crítica, derecho humano que no tiene más remedio que respetar quien hoy ejerce el supremo poder político en México, como nunca antes en la historia moderna. De tal suerte, que todos los mexicanos estamos en franca libertad de poner en práctica nuestro derecho humano en contra de la tiranía que pretende imponer López Obrador, en detrimento de la libertad de expresión. Libremente podemos afirmar que el Presidente de la República, no solo miente, también comete una serie de desatinos que repercuten en perjuicio del bienestar de millones de mexicanos. No resulta gratuito el demerito, el desprestigio que en poco más de un año ha sufrido la figura presidencial por sus desaciertos, por sus errores y aberraciones gubernamentales; seguramente el Presidente está preocupado por su caída en las preferencias sociales –lo evidencias todas las estadísticas-, cada vez son menos los que están de acuerdo con su gobierno y con López Obrador. Esa es la gran preocupación de Andrés Manuel, cada vez se acercan más los tiempos que abrirán las etapas procesales de la elección del 2021, en tanto él y su partido Morena, en franca picada. Se suman más voces discrepantes con su mal gobierno. No al despotismo presidencial. No a la intolerancia. Diría el mismo López: “Eso calienta”.

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Por: Héctor Parra Rodríguez

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