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COVID-19, el dolor que marca la muerte

COVID-19, el dolor que marca la muerte, Me lleva el Diablo, Por el Demon.

Hace un año, faltaba un mes para que el virus llegara a nuestro país.

A casi un año de que llegará a el Coronavirus a Querétaro, el primer caso que se registro fue en la segunda quincena de marzo; hoy tenemos un registro acumulado de 47 mil 263 casos de COVID- y 3 mil 153 defunciones.

A veces, parece que fue hace mucho cuando empezó la pandemia.

Otras, que apenas fue hace unos días. Como si se hubiera alterado la manera de percibir el paso del tiempo. Tal vez estas 52 semanas sean las más extrañas que le tocará vivir a nuestra generación.

Pero dos meses, diciembre y febrero, me han marcado por la fatalidad, el dolor que nos marca la muerte. Una por mes.

A un año, después de miles de muertes, muchas, cientos que se pudieron haber evitado, cientos de empleos que no se tuvieron que haber perdido y una enorme cantidad de negocios que tuvieron que cerrar sus puertas por falta de apoyo del gobierno, es claro que las cosas se hubieran podido hacer de otra manera y evitar llegar al lugar donde hoy estamos, por ejemplo, si se hubiera controlado y organizado bien el transporte público, principal foco de infección.

Desde el gobierno nos dicen que el principal foco de contagio son las reuniones familiares, puede ser, pero los que llegan a esas reuniones familiares, los que llevan el contagio, lo adquirieron en las calles, en las plazas públicas, en el transporte público.

Muchas muertes, muchos contagios se pudieron evitar, pero no, pudo más la ambición de la empresa ADO, que controla el monopolio del transporte, que la salud de los queretanos.

Al no tener el ingreso que normalmente tenían los dueños del transporte, redujeron unidades en las rutas, pasan menos camiones, y por consecuencia van repletos.

Ahí están en las redes sociales las denuncias, las evidencias, las imágenes que no dejan lugar a dudas.

Pudieron más las complicidades de políticos y empresarios que las necesidades de los ciudadanos. Pudo más la ambición que la salud pública.

la pandemia está virtualmente fuera de control. La estrategia oficial no ha sido sino una cadena de fracasos, entregada a una facción de burócratas codiciosos

La ambición sobre la responsabilidad, pues.

Ahora al gobierno estatal, y a los municipales, solo les queda, si no quieren ver el castigo de los ciudadanos en las urnas, rendir cuentas transparentes de los cientos de millones, o tal vez miles de millones, que han “gastado” en dizque combatir la pandemia, o guardado para las campañas, porque no ha sido una inversión.

Lo podemos ilustrar con la protesta de los cantineros la semana pasada, con la protesta de los vendedores de tacos esta semana, que dejaron en claro que no quieren el “apoyo” de 25 mil pesos que ofrece el gobierno estatal, sino que los dejen trabajar.

Lo ilustramos con la crisis que vive la educación privada.

La muerte tiene rostro, el del Covid.19, que desgarra a nuestros muertos y desgarra en vida a nuestros seres queridos.

Un año de dolor. Dos meses fatídicos diciembre y febrero

el dolor que marca la muerte

 

 

Me lleva el Diablo / Por Alejandro Guillén

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