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Esta boca es mía, Me Lleva El Diablo

Esta boca es mía, Me Lleva El Diablo, 23 de octubre.

Ahora que el dirigente estatal del PAN se postra ante los que le hicieron la guerra sucia a su actual gobernador, entre otros, y ante lo que es eminente que se retomara la moda del espionaje telefónico, donde los mismo grabara – seguramente- a delegados federales, que diputados morenos, que a secretarios o plumillas y micrófonos con el estómago satisfecho, es mejor levantar la mano y desde siempre decir Esta Boca es Mía: digo para que no digan lo que no digo y no escondan lo que si digo, es un decir.

Esta boca es mía, es el nombre de esta buenérrima rola y la que le da nombre al disco del Flaco Sabina que sale a la luz en 1994, disco donde deja de lado los sabinismos y sus historias autobiográficas. Más vale que no tengamos que elegir, entre el olvido y la memoria, entre la nieve y el sudor. Será mejor que aprendas a vivir, sobre la línea divisoria, que va del tendió a la pasión.

No dejes que te impidan galopar, ni los ladridos de los perros, ni la quijada de Caín. Que no te dé el insomnio por contar, las gaviotas del desierto, las amapolas de parís. Algunos versos de Ésta boca es mía evocan el universo poético, breve y directo de otro grande, Paco Ibáñez, lo que me llena de nostalgia solo de recordar Palabras para Julia, por ello vemos aquí a un Joaquín sui generis reciclando a sus poetas malditos. Y que tiene que ver el espionaje telefónico con Esta boca es Mía, pues casi nada que no se aclare en los siguientes versos.

Te engañas si me quieres confundir, esta canción desesperada, no tiene orgullo ni moral. Se trata sólo de poder dormir, sin discutir con la almohada, dónde está el bien, dónde está el mal. Y es que quieran o no el 2021 ya llego, y bueno, quieran o no como dice El Crápula estas letras invitan a la transgresión entre artista y el público, y en el caso que nos ocupa entre los electores y los candidotes, a eso invita, a la transgresión.

La guerra que se acerca estallará, mañana lunes por la tarde, y tú en el cine sin saber, quién es el malo, mientras la ciudad, se llana de árboles que arden y el cielo aprende a envejecer. La porta, en el disco, hay unos labios rojos carmín, pintados , que se repiten por lo menos 20 veces, y tienen su razón, porque como dijo Cernuda: “Frescos y codiciables son los besos”, nostalgias que nos deja la pandemia, una frase preferida de Pajarraco Sabina, – dije Pajarraco no Putarraco, no confundir- el otro Pajarraco es el tal Serrat.

A decir verdad, no hay mejores besos que los que no se han dado; tal vez no encaje la frase, pero a mí me gusta y esta Boca es mía. Y sal de ahí, a defender el pan y la alegría. Y sal de ahí, para que sepan que esta boca es mía.

Y es que antes, Sabina en sus otros discos pedía perdón, pero sabemos que con pedir disculpas no basta, por eso en este disco no pide perdón; en este, aunque muy decente en letra y música, solo levanta la voz para decir lo que muchos deberíamos de decir: Esta boca es mía.

 

Esta boca es mía